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Cuando las palomas cayeron del cielo. Sofi Oksanen

El libro ha formado parte de ese grupo de textos que entró en casa la noche del cinco de enero para hacer crecer la pequeña torre de la mesa de noche. Allí ha ido subiendo y bajando como los equipos de fútbol en la liga y ha sido manoseado como un bocadillo que no hace mucha ilusión comer, al que se le abre las tapas continuamente esperando sea otro el contenido. Su elección habrá obedecido a ese tipo de razonamiento lógico por esas fechas cuando no sabes qué regalar: tú no te compliques, un libro y aciertas, y si ya se lo ha leído o no le gusta que lo cambie. Y puestos a elegir Los Reyes optaron por el más novedoso: imposible que ya lo haya leído; por el de nombre más raro: ni tiempo ha tenido de conocer a tan joven autora; por el de mejor crítica: el que imponen las editoriales como patrón de lectura (esto es de quien escribe no de Los Magos)

Con estas premisas el libro se ha ido leyendo tal y como mi tía Lola me hacía comer. Que te veía rumia que te rumia, te metía otra cucharada; que no te bajaba por el gaznate te introducía otro alimento que sabía te gustaba. Y mezclando unas lecturas con otras las palomas acabaron por caer. La historia se desarrolla en Estonia y dibuja el panorama vivido por sus habitantes al ser ocupados por Rusia, por Alemania y vueltos a ocupar por la URSS mientras añoran volver a ser independientes. Está bien escrito (adecuadamente escrito para ganar premios), es entretenido e instructivo pero tras leer Contra toda esperanza, Todo lo que tengo lo llevo conmigo y Vida y destino, bien pudieron haber quedado las pobres palomitas volando.

Los cuatro elementos. David Lagmanovich

Los cuatro elementos es un conjunto de las múltiples variedades del microrrelato cultivadas por Lagmanovich; argentino, conocedor del género como escritor, crítico y antologador.

La espuma.- En la espuma que creaban las olas al golpear la playa, entreví por un instante el rostro pálido y sereno, casi sonriente, del hijo perdido.

La palabra.- No es cierto que no pueda escribir si no encuentro esa palabra. Palabra hay muchas: usaré otra. Pero siempre sentiré el dolor de no haber podido encontrar aquella, la insustituible.

Mensaje a la hija.- Todo te lo puedo perdonar, menos que te parezcas a tu madre cuando juzgas mi conducta.

Una habitación con vistas. Edward Morgan Foster

Una habitación con vistas es un viaje de ida y vuelta a Florencia. Una primera parte para recorrer la ciudad y su campiña de la mano de aquellos ingleses de clase alta que viajaban a Italia en busca de cultura, y una segunda parte en Inglaterra entre los convencionalismos de personajes afines al orden establecido. En el trasiego una chica que quiere pensar por sí sola y zafarse del matrimonio impuesto y un chico que no encuentra la felicidad al ser educado por su padre con mentalidad más europea, alejada de las formas victorianas. La novela es una oportunidad para vivir la época pero ha de ser leída entre el aroma de una pipa cerca de una chimenea o en un jardín soleado entre tazas de te ya que de lo contrario, a los ritmos actuales del aquí te pillo aquí te mato, aquí paso por vicaría aquí me separo aquí me amancebo, las vicisitudes de Lucy, su protagonista, caben en una sola hoja, y en el descuido, entre renglón y renglón, hasta es posible que eche una canita al aire en la misma habitación donde empieza y termina la historia.

Los extraordinarios casos de monsieur Dupin. Edgar Allan Poe

Hércules Poirot y Miss Marple de Agatha Christie. El inspector Morse de Colin Dexter. Mike Hammer de Mickey Spillane. Sherlock Holmes de Conan Doyle. Valander de Mankel. Carvalho de Montalbán. Tom Ripley de Patricia Highsmith. Scarpetta de Cornwell. Brunetti de Dona León. Padre Brown de G.K. Chesterton. Bernie Gunther de Philip Kerr. Y muchos más, putativos de Dupin y Poe.

Correr. Jean Echenoz

Correr es un libro tan fácil de leer como correr. Cuestión de adelantar un pie delante del otro a la velocidad suficiente para que ambos se encuentren en un momento dado en el aire (de no ser así se habla de marchar) Y se puede leer de una sola atacada, como una maratón, ya que entre márgenes, tamaño de letra y sus ciento cuarenta páginas, se va entre las manos como quien disfruta de los seguidores de Filípides por la tele aunque al lado te digan que no sabe el interés que pueda despertar unos deportistas que solo corren o qué puedes encontrar en horas de lectura teniendo unos programas de televisión tan entretenidos. También se puede leer por series, gracias a sus capítulos cortos, dejando cierto tiempo entre uno y otro para reposar la historia. Historia que no es otra que la de Emil Zatopek, corredor checoslovaco a quien, al igual que ocurre con el leer, poco le interesaba la actividad física pero una vez probó ya no paró de correr tal y como lo hace la narración en la misma pista de atletismo donde se desgranan los dieciocho record mundiales obtenidos, y de forma paralela el uso que de ellos le supuso tales éxitos detrás del telón de acero llevándole a escalar el escalafón militar a golpe de éxito mundial y tras apoyar la apertura hacia Europa de Dubcek le facilitó el acabar como basurero pero viendo el apoyo popular que recibía por las calles le convirtió en geólogo, haciéndole cavar agujeros para poner los postes de la luz.

DISPARA, YO YA ESTOY MUERTO.Julia Navarro


Marian Miller componente de una ONG tiene que realizar un informe sobre los asentamientos ilegales de  los judíos en territorio  palestino. Para ello nada más justo que recoger las versiones de ambos lados. La entrevista se transforma en la narración de muchas historias entrelazadas de dos familias: los Zucker (judíos) que tienen que abandonar Rusia, recalan, huyendo de los pogromos en la Rusia del Zar Alejandro (lll),  en la Tierra Prometida (Jerusalén), lugar donde compran la tierra de los Zaid (árabes) cuyo patriarca es Ahmed. Entre Samuel y Ahmed nace algo más que una solidad amistad que se mantiene generación tras generación.
Las historias que cuentan hablan de la intolerancia que se vive en Palestina por rezar a dioses distintos. Muestra la cara más desagradable del conflicto árabe-israelí. La novela narra magistralmente las persecuciones, amores y desamores, la violencia, el terrorismo, la abnegación y el heroísmo; destacando como pilar central la amistad.
Resaltar de las vivencias que se relatan, lo cercano y familiar de lo que cuenta. Se disfruta leyendo y hay paisajes estremecedores. He de confesar que la lectura me quitaba el sueño y me levantaba a las 6 de la mañana para leer. La  obra está suficientemente documentada. Los personajes son numerosos puesto que las familias se van ramificando,razón por lo que sería conveniente tener papel y lápiz para hacer las pertinentes anotaciones para no perderse. A pesar de sus novecientas páginas, la trama y el interesante hilo conductor hacen de este libro un ejemplar más liviano (para leer) de lo que en principio podría parecer. Al final se desvela el título del libro: DISPARA, YO YA ESTOY MUERTO.

Personalmente opino que se le podría dar una segunda lectura.