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Antología del microrrelato español (1906-2011)



Cuando los microrrelatos son buenos siempre existe una cierta connivencia con su autor, una cierta tolerancia que perdona las posibles carencias por intentar decir tanto con tan poco. Si por el contrario son muy buenos el lector ha de pararse tras el punto final, sonreír y volver a leer para disfrutarlos nuevamente porque llámese como quiera denominarse (relato hiperbreve, nanocuento, literatura cuántica, minicuento, microficción) a esos pocos renglones en los que se despliega toda una historia ni le falta ni le sobra una palabra. Es una obra arquitectónica realizada a escuadra y cartabón que al igual que éstos útiles deja al lector los triángulos huecos para que se asome por ellos y siga construyendo el resto de la obra a su imagen y semejanza  tras su lectura.
Es lo bueno que tiene una Antología
Ya lo advierte la carátula posterior: Las palmeras salvajes no es una novela sino dos. Con la particularidad de estar físicamente interpuesta la una con la otra y no tener nada que ver entre ellas. Así, a un capítulo de Las palmeras salvajes, que trata de una tortuosa historia de amor, le sigue otro de El viejo, en la que un penado regresa a su cárcel tras haber saboreado más de un mes la libertad. No hay forma de hilar la una con la otra: en Las Palmeras se cierne la lucha moral ante el aborto, en El viejo la lucha por no abandonar a una mujer y su recién nacido. Sin embargo, conforme avanza la lectura, la conexión es patente pues a pesar de que los personajes, las ubicaciones en las que se desarrollan ambas historias y las tramas nada tienen en común es el sentimiento que embarga al lector el que conecta ambas novelas.

Ictus Lía. Yosune Rodríguez Martínez

Sin pretensiones literarias, sin ánimo de victivismo, Ictus Lía cuenta en primera persona el monólogo interior de una madre cuya hija de 25 años, capaz de usar todo su cuerpo para hacerse entender entre orcas, se ve incapaz de comprender la vida, entre medio cuerpo, tras sufrir una hemiplejia.
Se convierte así su lectura en un gran ojo, en una de esas ventanas que tienen los acuarios a través de la cual podemos ver la vida real más allá del show diario que cada cual ofrece en superficie.
Esa vida real en la que una madre se transforma en la jefa de la manada, la orca líder, la que coordina sufrimientos, entrena al resto de la familia y emprende los viajes necesarios en busca de nuevos caladeros que aporten a su hija la mejor recuperación física y afectiva, lo que ha hecho posible que Lía, al igual que su amiga la orca Kohama en la foto de portada, vuelva a saludar a la vida.

Tres tristes tigres. Guillermo Cabrera Infante



Libro interesante para quien desee conocer, de la mano de tres personajes de la farándula nocturna cubana, La Habana de finales de los años cincuenta con su Sala Tropicana, sus daikiris, su jazz y el turismo americano que visitaba la isla. Todo ello envuelto en el más puro español de la isla, con su amol, su trusita de baño, su bata de vestir, y sus panes con bisteques. Curiosidad ésta que puede animar a su lectura junto con el humor propio del caribeño y las buenas descripciones de la capital cubana.
Sin embargo TTT es una novela experimental, en la que el lenguaje, las estructuras narrativas y la imaginación literaria no se rige por los cánones habituales, lo que hace que el lector que espere algo más lineal en el proceso de su lectura se pueda quedar libro en mano a medio leer o como dirían en aquella época: te puedes quedal vestido y sin bailal. 

SUDANDO TINTA. Antonio Javier González Pérez.

 El libro, sin profundizar en controversias literarias, lingüísticas y similares, trata una serie de relatos cortos frutos de la realidad de la vida y la imaginación del autor, sobre  deportistas. Siempre detrás de un deportista hay una gran mujer. Aunque la MUJER es grande por naturaleza.  El autor narra aspectos de la vida y el deporte de forma magistral con un refrescante  y fino sentido  del humor con el cual sintonizo. La participación femenina en los relatos es crucial y la contundencia de la frases que pronuncian las protagonistas, a lo largo de la obra son, para ser consideradas muy seriamente.
A JAVI lo conocí hace años caminando por el Puerto de la Cruz, me llamaba la atención y me preguntaba: ¿Quién será?, pero no fui más allá que de hacerme la pregunta. Con el tiempo tuve la oportunidad de patear por los rincones de la Isla con Juan Moreno (prologuista del libro) y allí estaba JAVI, tirando del grupo.
Unas de las muchas cualidades humanas del autor, aparte de su equilibrio emocional, es su sentido del humor, alegría y optimismo. Jamás lo he visto enfadado por nada ni con nadie. El Doctor es un excelente médico, siempre dispuesto a socorrer, como he tenido ocasión de comprobar, y un buen amigo. 

Momentos estelares de la humanidad. Stefan Zweig


Para una persona de ciencias leer Momentos Estelares puede ser una tentación. Una vez despojada la poca cultura histórica, adquirida a través de aquellos trabajos a base de fotos de esculturas, fachadas y pinturas recortadas en folletos turísticos para añadirle al cuaderno sus respectivos comentarios copiados a mano, leer a Zweig supone enfrentarse a otra realidad, a otro enfoque de los acontecimientos; Stefan logra hacer vivir ese vértigo que supone introducirse en uno de esos instantes en los que la suerte o la obstinación del ser humano ha provocado una transformación en las siguientes generaciones.
Zweig no solo alumbra otra visión sobre esos momentos que han cambiado la vida de la humanidad sino que lo hace con una calidad y claridad literaria que tienta la búsqueda en La Uned de alguna opción para cubrir esa gran laguna de conocimiento poco explotada en la pubertad. Una pena que solo sean 14 instantáneas porque La Historia contada por Zweig es otra historia.